Se dice que, dependiendo de cómo sea tu mañana, así será el resto de tu día. Una mañana apresurada y caótica, por lo general, augura un día estresante. Afortunadamente, rara vez son así las mañanas en Junglar. Este acogedor rincón en Tulum inicia los días con iluminación natural, con la frescura del mar y la vegetación en el ambiente.
Las altas temperaturas son algo inevitable en esta época del año, especialmente cuando llegan fenómenos naturales como la canícula u olas de calor. Por seguridad, lo mejor es permanecer en casa en las horas más calientes del día, para evitar los abrasivos rayos UV y consecuencias físicas como golpes de calor, o insolaciones.
Un informe sobre tendencias y pronósticos de crecimiento en el mercado de bienes raíces residenciales en México, arrojó un dato bastante interesante: ha incrementado la demanda inmobiliaria en adultos jóvenes de edades entre los 27 y 40 años*. Esto se debe a un factor muy importante: la facilidad para hacer home office.
Tener una vivienda propia es uno de los grandes anhelos de las personas, ya que otorga una satisfacción perdurable, además de beneficios emocionales que dan estabilidad y felicidad. Y es que adquirir una propiedad es más que una inversión financiera; hablamos de un hecho trascendental en la vida.
Mudarse no debe significar sacrificar o abandonar tu estilo de vida, tus pasatiempos o pasiones. Por eso los desarrollos inmobiliarios integran cada vez más espacios para practicar deporte y tener una vida saludable.
Otra forma de disfrutar Tulum es visitar sus museos y volver a sus orígenes, viajar a esos tiempos en los que, entre el mar y la selva, comenzó a formarse lo que hoy es uno de los mejores destinos para vivir.