Las amenidades de un departamento son una extensión del mismo, un valor agregado que contribuye a la comodidad de sus residentes y acaba reflejándose de manera importante en el incremento del valor total del inmueble y, por lo tanto, en la calidad de la inversión.
La razón es simple; disfrutar de lujos y comodidades sin salir de su propia zona residencial implica potenciar el nivel de bienestar de quienes ahí habitan, por lo que el costo aumenta también. La integración de amenidades a nuevos proyectos residenciales obedece a nuevas necesidades de recreación y relajación, espacios para disfrutar y alejarse por un momento del ajetreo de la habitual rutina.
Pero antes de avanzar más en este asunto, comencemos por definir más claramente qué es una amenidad en desarrollos inmobiliarios; podemos decir que es todo aquel elemento que haga del espacio un entorno más grato, placentero y, por supuesto, ameno. Éstas surgen de una necesidad real de esparcimiento e integración social, tal y como lo informa El Reforma.
Por tal razón, un departamento con buenas amenidades incluidas es más fácil de comercializar y prospectar para negocios futuros como rentas fijas o vacacionales, es decir, tiene la capacidad de generar ingresos corrientes más allá de sólo generar plusvalía por el hecho de ser un bien raíz, lo cual ya es una cualidad bastante atractiva por sí misma. Un plan arquitectónico y de servicios que sea más innovador, definitivamente, acabará aportando al valor del inmueble y será un diferenciador a evaluar cuando se busque calcular la rentabilidad de una inversión inmobiliaria.
Las amenidades son un disparador de la plusvalía de un inmueble, aumentan su valor y le agregan un sello distintivo frente a la competencia.
Algunos ejemplos de amenidades que podrías encontrar en un residencial son:
Una parte importante importante de las amenidades es que se convierten en un punto de encuentro entre los residentes, contribuyendo a crear comunidad, el perfecto ejemplo de ello son las piscinas, una notable área de socialización que puede sustituir alguna salida de fin de semana. Por otro lado, si además de la alberca común, hay una privada en piscina privada en el departamento, eso sumará a su valor y lo hará más viable como producto para rentas vacacionales.
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Decidir invertir en inmuebles con amenidades implica tener en cuenta ciertas consideraciones importantes, por ejemplo, si estás pensando invertir para alquilar, tendrás mayores posibilidades de tener una buena ocupación de la propiedad, sobre todo si se trata de rentas vacacionales en algún punto turístico y, por supuesto, esa amenidad extra incrementa el costo del hospedaje por noche, aumentando las ganancia para el arrendatario.
Sin embargo, hay un punto que necesita especial atención, si no se saca provecho de estos servicios extra, lejos de representar una ventaja se estaría perdiendo dinero, más aún si no se les da el mantenimiento adecuado a las amenidades y acaban por deteriorarse.
De acuerdo a Expansión, la cuota de mantenimiento anual oscila entre 3 y 5% del valor del inmueble, su función principal es cuidar la plusvalía de las instalaciones para que siempre vaya en aumento y no al contrario. Una buena forma de garantizar un correcto mantenimiento si es que no es una propiedad para vivienda o que se ocupe todo el año, es adquirir el inmueble en régimen de condominio, donde haya algún tercero que pueda ocuparse de verificar su correcto estado.
Otra ventaja de los condominios es que, normalmente, los desarrolladores establecen un reglamento que facilita la convivencia entre los vecinos y promueve el uso adecuado de servicios e instalaciones, lo que prolonga considerablemente la vida útil de las amenidades, preservándolas como una atracción importante en condominios residenciales.
En resumen, contar con amenidades bien cuidadas y diferenciadas, aporta de forma positiva a la rentabilidad de un inmueble, aumenta su valor y lo convierte en un espacio más placentero donde se pueda disfrutar sin salir del área residencial, un extra bastante grato.